A mi abuelo Antonio
Sentado en el sillón de piel
Te miraba en tu obra,
Construir relojes
Tu refugio frente al tiempo.
En mis ojos de niño
Podías parar las horas
De un tiempo todavía por venir.
Pequeñas piezas sin sentido,
Eran,
entre tus manos
Objetos vivos,
Como si su secreto fuera
Girar al infinito.
Se ofrecían al tiempo
Y en él se convertían.
Tus relojes todavía,
Están colgados en la pared
Y les doy cuerda,
Como si yo fuera tú.
Reminiscencias de mi infancia
Y un sonido insistente,
Y tú eras dueño de mi tiempo.
© 2001-2008 Piero Ruju.
Esta poesía se encuentra en el recompilatorio " Dulce es Sólo el Olvido " .